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Itinerarios
Dos días en Lucca

Descubre torres medievales, murallas renacentistas e iglesias románicas y góticas en Lucca

Cualquier ruecorrido por Toscana no está completo sin una visita a esta joya medieval, al pie de los Alpes Apuanos, a solo una hora de Florencia. Cada rincón, palacio, iglesia y monumento de Lucca tiene una historia que contar, desde la antigua Roma hasta la Edad Media, pasando por la época napoleónica y el Resurgimiento.

La ciudad puede ser visitada en un solo día, pero un plazo tan limitado no le haría justicia. Para descubrir cada secreto de esta maravillosa joya toscana, dos días deberían ser suficientes. Déjate inspirar por estos consejos para ver la ciudad en todo su esplendor.

Este es un artículo de la escritora invitada Valeria Pinna. ¡Gracias Valeria!

 

1.

Se puede empezar la visita desde las murallas renacentistas que rodean el centro histórico de la ciudad, aún intactas después de todos estos años. Hay un sendero para caminar flanqueado por árboles centenarios, que puedes recorrer a pie, en bicicleta o en patines. Desde aquí arriba, se tiene una vista perfecta, a un lado la ciudad que te espera abajo y al otro, puedes admirar los Alpes Apuanos en el horizonte. ¡Qué gran manera de comenzar tu viaje!

Después de visitar las murallas, dirígete a la vía San Paolino, una de las dos calles principales de la época románica: la carretera te conducirá a Piazza San Michele y su homónima iglesia de rasgos románicos y góticos del siglo VIII. Si se mira hacia arriba, por encima de su fachada, puedes ver la estatua del Arcángel Miguel de 4 metros de altura. Si tienes suerte y la iluminación es buena, puedes incluso ver el diamante en su dedo desde un punto específico de la plaza. ¡Seguro que hay una multitud de personas que esperan poder ver este detalle brillante!

Después de visitar la primera de las muchas iglesias que verás durante tu estancia (se dice que Lucca es "la ciudad de las 100 iglesias"), toma Vía Pozzotorelli para llegar a la Piazza Napoleón. Esta plaza fue dedicada a Napoleón por su hermana Elisa Bonaparte Baciocchi, que dirigió el Principado de Lucca de 1805 a 1815. Siempre ha sido el centro del poder político en Lucca, y aún hoy en día, en el Palazzo Ducale (Palacio neoclásico), en la parte occidental de la plaza, se encuentran las oficinas administrativas de la provincia.

Antes del almuerzo, si no te estás muriendo de hambre, camina hacia la catedral, otro ejemplo de Arquitectura románica y gótica, situada en la plaza San Martino. En esta plaza también se celebra un interesante mercado de antigüedades cada tercer sábado y domingo de mes. Entre las varias obras maestras de la iglesia, puedes ver el monumento funerario dedicado a Ilaria del Carretto, realizado por Jacopo della Quercia para conmemorar a la esposa de Paolo Guinigi (un importante político que encargó la torre de Guinigi, otro sitio famoso de la ciudad).

¡Hora del almuerzo! Busca un lugar auténtico para probar las especialidades locales: tortellini en brodo, pasta con ragú, callos, raviolis, salchichas con judías y mucho más... Por supuesto, querrás combinar esta deliciosa comida con un buen vino. Curiosamente, algunos restaurantes te permiten servir tu vaso directamente de un barril. Ahora que tienes el estómago lleno de comida y vino, es posible que estés deseando echarte una siesta antes de continuar tu visita por Lucca.

Ya has visto dos de las tres iglesias más importantes de Lucca. ¿Cuál es la última? ¡Esa sería la Iglesia San Frediano! Es la más grande después del complejo de la catedral. La fachada está decorada con un mosaico monumental que representa a Cristo ascendiendo al cielo.

Para completar la tarde, te recomendamos que deambules por las numerosas y estrechas calles de Lucca y disfrutes de tu cena en la hermosa Piazza Anfiteatro. La singular forma ovalada de la plaza corresponde a una antigua arena que en su día estuvo ubicada aquí. Hoy en día está salpicada de varios restaurantes, bares y tiendas de souvenirs.

Se puede empezar la visita desde las murallas renacentistas que rodean el centro histórico de la ciudad, aún intactas después de todos estos años. Hay un sendero para caminar flanqueado por árboles centenarios, que puedes recorrer a pie, en bicicleta o en patines. Desde aquí arriba, se tiene una vista perfecta, a un lado la ciudad que te espera abajo y al otro, puedes admirar los Alpes Apuanos en el horizonte. ¡Qué gran manera de comenzar tu viaje!

Después de visitar las murallas, dirígete a la vía San Paolino, una de las dos calles principales de la época románica: la carretera te conducirá a Piazza San Michele y su homónima iglesia de rasgos románicos y góticos del siglo VIII. Si se mira hacia arriba, por encima de su fachada, puedes ver la estatua del Arcángel Miguel de 4 metros de altura. Si tienes suerte y la iluminación es buena, puedes incluso ver el diamante en su dedo desde un punto específico de la plaza. ¡Seguro que hay una multitud de personas que esperan poder ver este detalle brillante!

Después de visitar la primera de las muchas iglesias que verás durante tu estancia (se dice que Lucca es "la ciudad de las 100 iglesias"), toma Vía Pozzotorelli para llegar a la Piazza Napoleón. Esta plaza fue dedicada a Napoleón por su hermana Elisa Bonaparte Baciocchi, que dirigió el Principado de Lucca de 1805 a 1815. Siempre ha sido el centro del poder político en Lucca, y aún hoy en día, en el Palazzo Ducale (Palacio neoclásico), en la parte occidental de la plaza, se encuentran las oficinas administrativas de la provincia.

Antes del almuerzo, si no te estás muriendo de hambre, camina hacia la catedral, otro ejemplo de Arquitectura románica y gótica, situada en la plaza San Martino. En esta plaza también se celebra un interesante mercado de antigüedades cada tercer sábado y domingo de mes. Entre las varias obras maestras de la iglesia, puedes ver el monumento funerario dedicado a Ilaria del Carretto, realizado por Jacopo della Quercia para conmemorar a la esposa de Paolo Guinigi (un importante político que encargó la torre de Guinigi, otro sitio famoso de la ciudad).

¡Hora del almuerzo! Busca un lugar auténtico para probar las especialidades locales: tortellini en brodo, pasta con ragú, callos, raviolis, salchichas con judías y mucho más... Por supuesto, querrás combinar esta deliciosa comida con un buen vino. Curiosamente, algunos restaurantes te permiten servir tu vaso directamente de un barril. Ahora que tienes el estómago lleno de comida y vino, es posible que estés deseando echarte una siesta antes de continuar tu visita por Lucca.

Ya has visto dos de las tres iglesias más importantes de Lucca. ¿Cuál es la última? ¡Esa sería la Iglesia San Frediano! Es la más grande después del complejo de la catedral. La fachada está decorada con un mosaico monumental que representa a Cristo ascendiendo al cielo.

Para completar la tarde, te recomendamos que deambules por las numerosas y estrechas calles de Lucca y disfrutes de tu cena en la hermosa Piazza Anfiteatro. La singular forma ovalada de la plaza corresponde a una antigua arena que en su día estuvo ubicada aquí. Hoy en día está salpicada de varios restaurantes, bares y tiendas de souvenirs.

2.

Comienza el segundo día mirando hacia abajo la ciudad, desde arriba. Para conseguir estas maravillosas vistas, tendrás que subir a las dos torres más altas de Lucca: la Torre Guinigi y la Torre del Reloj. La primera es muy peculiar porque en la parte superior hay un pequeño jardín de encinas. La Torre del Reloj, con sus 207 escalones de madera, es la torre más alta de Lucca; en su interior se puede ver incluso el histórico mecanismo manual del reloj. Recomendamos comprar la entrada combinada para las dos torres, que también incluye una visita al Jardín Botánico, para que después de esas agotadoras subidas, puedas relajarte en este encantador lugar que se encuentra, justo dentro de las murallas de la ciudad.

¿Te fascina el esoterismo? Aquí en Lucca hay varios misterios por descubrir. Uno de ellos es la piedra del diablo en el Palazzo Bernardini. Cuando la familia Bernardini encargó el palacio, con la intención de demoler el edificio existente, surgió un problema: había una efigie que representaba a la Virgen María en una de las paredes. Según la leyenda, el mismo diablo le dijo a Bernardini que no demoliera el muro, pero no le importó. Todavía hoy, en el lugar exacto donde se encontraba esta imagen, se puede ver una ventana con una piedra empotrada: se han hecho intentos infructuosos de fijarla, por lo que la piedra se dejó tal cual.

¿Qué te parece si te tomas un tiempo para ir de compras? Dedica el resto de la tarde a visitar las increíbles tiendas de vía Fillungo la principal calle comercial de Lucca. Aquí puedes encontrar no sólo tiendas de ropa, sino también muchas tiendas de alimentos que ofrecen una gran variedad de productos locales.

Antes de salir de la ciudad, si aún no te has hartado de la cultura, todavía hay un museo más que visitar: el Museo de Puccini, la casa donde nació el gran compositor y pasó sus primeros años de formación musical antes de trasladarse a Milán. Puedes hacerte un selfie con él, es decir, ¡con su estatua! - en la encantadora plaza frente al museo.

Comienza el segundo día mirando hacia abajo la ciudad, desde arriba. Para conseguir estas maravillosas vistas, tendrás que subir a las dos torres más altas de Lucca: la Torre Guinigi y la Torre del Reloj. La primera es muy peculiar porque en la parte superior hay un pequeño jardín de encinas. La Torre del Reloj, con sus 207 escalones de madera, es la torre más alta de Lucca; en su interior se puede ver incluso el histórico mecanismo manual del reloj. Recomendamos comprar la entrada combinada para las dos torres, que también incluye una visita al Jardín Botánico, para que después de esas agotadoras subidas, puedas relajarte en este encantador lugar que se encuentra, justo dentro de las murallas de la ciudad.

¿Te fascina el esoterismo? Aquí en Lucca hay varios misterios por descubrir. Uno de ellos es la piedra del diablo en el Palazzo Bernardini. Cuando la familia Bernardini encargó el palacio, con la intención de demoler el edificio existente, surgió un problema: había una efigie que representaba a la Virgen María en una de las paredes. Según la leyenda, el mismo diablo le dijo a Bernardini que no demoliera el muro, pero no le importó. Todavía hoy, en el lugar exacto donde se encontraba esta imagen, se puede ver una ventana con una piedra empotrada: se han hecho intentos infructuosos de fijarla, por lo que la piedra se dejó tal cual.

¿Qué te parece si te tomas un tiempo para ir de compras? Dedica el resto de la tarde a visitar las increíbles tiendas de vía Fillungo la principal calle comercial de Lucca. Aquí puedes encontrar no sólo tiendas de ropa, sino también muchas tiendas de alimentos que ofrecen una gran variedad de productos locales.

Antes de salir de la ciudad, si aún no te has hartado de la cultura, todavía hay un museo más que visitar: el Museo de Puccini, la casa donde nació el gran compositor y pasó sus primeros años de formación musical antes de trasladarse a Milán. Puedes hacerte un selfie con él, es decir, ¡con su estatua! - en la encantadora plaza frente al museo.

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