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Itinerarios
Livorno en un día: qué podemos ver

Barcos, santuarios y comida callejera en la ciudad de los Cuatro Moros

¿Ha oído hablar de Livorno?
Una verdadera ciudad balnearia sobre la costa toscana, rica en destinos y atracciones para visitar. Como persona que vive allí nunca dejaré de contar y difundir su belleza, y quiero proponer un itinerario de un día para vivirla y respirarla en los barrios y lugares de encuentro más genuinos.
¿Empezamos?

1.

La visita a la ciudad de Livorno puede comenzar en Piazza Giuseppe Micheli para admirar la estatua de los Cuatro Moros. El monumento es testigo de la victoria de Fernando I de Medici sobre los piratas sarracenos, invasores sin escrúpulos que obstaculizaban el comercio en el Mar Tirreno. Considerado uno de los símbolos de la ciudad, es el protagonista de una curiosa leyenda. Se dice que ver las cuatro narices de los moros representados a los pies de Fernando I trae buena suerte, y en la acera que rodea la estatua se colocó recientemente una baldosa blanca brillante en la que se pueden ver las cuatro narices en perspectiva. La baldosa, deliberadamente, no está marcada, por lo que os deseamos... ¡feliz cacería!

La visita a la ciudad de Livorno puede comenzar en Piazza Giuseppe Micheli para admirar la estatua de los Cuatro Moros. El monumento es testigo de la victoria de Fernando I de Medici sobre los piratas sarracenos, invasores sin escrúpulos que obstaculizaban el comercio en el Mar Tirreno. Considerado uno de los símbolos de la ciudad, es el protagonista de una curiosa leyenda. Se dice que ver las cuatro narices de los moros representados a los pies de Fernando I trae buena suerte, y en la acera que rodea la estatua se colocó recientemente una baldosa blanca brillante en la que se pueden ver las cuatro narices en perspectiva. La baldosa, deliberadamente, no está marcada, por lo que os deseamos... ¡feliz cacería!

2.

Después del desayuno, acérquese al espléndido barrio Venezia, un pintoresco barrio de la ciudad atravesado por canales y vías navegables. Entre en la Iglesia de Santa Caterina, de planta octogonal, coronada por una cúpula de cincuenta metros de altura y adornada con restos de frescos del siglo XIX. Al salir, piérdase por las calles de los canales y eche un vistazo al muelle de atraque de la gran nave de la asociación "Livorno in Battello", que desde hace años deleita a los viajeros con paseos en barca a por los canales de los Medici. Déjese transportar por los canales, entre puentes y pasadizos secretos, hasta las plazas de la ciudad.

schedule
Duración: 
2 horas y 30 minutos
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Después del desayuno, acérquese al espléndido barrio Venezia, un pintoresco barrio de la ciudad atravesado por canales y vías navegables. Entre en la Iglesia de Santa Caterina, de planta octogonal, coronada por una cúpula de cincuenta metros de altura y adornada con restos de frescos del siglo XIX. Al salir, piérdase por las calles de los canales y eche un vistazo al muelle de atraque de la gran nave de la asociación "Livorno in Battello", que desde hace años deleita a los viajeros con paseos en barca a por los canales de los Medici. Déjese transportar por los canales, entre puentes y pasadizos secretos, hasta las plazas de la ciudad.

  • schedule
    Duración
    2 horas y 30 minutos
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3.

¿Está empezando a sentir apetito? Dirígete a los coloridos y ruidosos puestos de Piazza Cavallotti, el mercado local de la ciudad. Después de los puestos se llega a una de las entradas del Mercato delle Vettovaglie, un histórico mercado cubierto que se desarrolla en el interior de un edificio de finales del siglo XIX diseñado por el arquitecto Angiolo Badaloni. Pasee por las galerías, alce la vista para admirar los hermosos techos de cerchas metálicas, busque las tiendas que exhiben legumbres y especias en viejas bolsas de yute...

En el mercado se puede comprar pescado muy fresco, traído directamente del mar por un ir y venir de barcos que llegan al centro navegando por los canales. Además, el Mercato delle Vettovaglie se encuentra en una zona perfecta para organizar un almuerzo de comida callejera y especialidades locales, come el Cinque e Cinque, un tipo de crepe hecha con harina de garbanzo, agua, sal y aceite de oliva.

¿Está empezando a sentir apetito? Dirígete a los coloridos y ruidosos puestos de Piazza Cavallotti, el mercado local de la ciudad. Después de los puestos se llega a una de las entradas del Mercato delle Vettovaglie, un histórico mercado cubierto que se desarrolla en el interior de un edificio de finales del siglo XIX diseñado por el arquitecto Angiolo Badaloni. Pasee por las galerías, alce la vista para admirar los hermosos techos de cerchas metálicas, busque las tiendas que exhiben legumbres y especias en viejas bolsas de yute...

En el mercado se puede comprar pescado muy fresco, traído directamente del mar por un ir y venir de barcos que llegan al centro navegando por los canales. Además, el Mercato delle Vettovaglie se encuentra en una zona perfecta para organizar un almuerzo de comida callejera y especialidades locales, come el Cinque e Cinque, un tipo de crepe hecha con harina de garbanzo, agua, sal y aceite de oliva.

4.

Antes de llegar al mar, suba la colina. La zona de Montenero, un barrio que se desarrolló sobre un promontorio que domina la ciudad, alberga un preciado tesoro: el Santuario de la Madonna de Montenero, un lugar de recogimiento y profunda fe para la gente de Livorno y también de otras ciudades. La característica peculiar del santuario radica en los pasillos abiertos a los visitantes donde se encuentran colgados miles de exvotos, cuadros votivos de todos los tamaños, donados por los fieles locales y de otras ciudades como tributo a la Madonna de Montenero por haberles salvado de terribles accidentes y tormentas en el mar. Camine en silencio por el santuario, lea sus historias y, una vez fuera, admire Livorno desde los distintos miradores que se abren a la costa y a la ciudad.

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Duración: 
2 horas y 30 minutos
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Antes de llegar al mar, suba la colina. La zona de Montenero, un barrio que se desarrolló sobre un promontorio que domina la ciudad, alberga un preciado tesoro: el Santuario de la Madonna de Montenero, un lugar de recogimiento y profunda fe para la gente de Livorno y también de otras ciudades. La característica peculiar del santuario radica en los pasillos abiertos a los visitantes donde se encuentran colgados miles de exvotos, cuadros votivos de todos los tamaños, donados por los fieles locales y de otras ciudades como tributo a la Madonna de Montenero por haberles salvado de terribles accidentes y tormentas en el mar. Camine en silencio por el santuario, lea sus historias y, una vez fuera, admire Livorno desde los distintos miradores que se abren a la costa y a la ciudad.

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    Duración
    2 horas y 30 minutos
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5.

Regresamos al mar para visitar el lugar más célebre y frecuentado de la ciudad: la Terraza Mascagni, un espectacular mirador que enmarca los perfiles accidentados de la costa y casi parece iniciar el paseo que conduce, más adelante, a las puertas custodiadas de la Academia Naval, junto a la Iglesia de San Jacopo, a conocidos puntos de encuentro perfectas para la hora del aperitivo, o incluso más al sur, a la Escalinata de Antignano y los alrededores románticos conocidos sobre todo por los lugareños como el Scoglio della Ballerina, frecuentado por los trabajadores durante el descanso del almuerzo y los estudiantes que no renuncian a tomar sol aunque más no sea por un momento.

Si se encuentra en Livorno durante el verano, le sugiero que se dé un chapuzón regenerador en las calas rocosas de Romito. Perfectas en verano e impresionantes en invierno, en días de fuertes vientos del suroeste, cuando las olas parecen casi tragar los acantilados de Calafuria o de Castel Boccale.

Regresamos al mar para visitar el lugar más célebre y frecuentado de la ciudad: la Terraza Mascagni, un espectacular mirador que enmarca los perfiles accidentados de la costa y casi parece iniciar el paseo que conduce, más adelante, a las puertas custodiadas de la Academia Naval, junto a la Iglesia de San Jacopo, a conocidos puntos de encuentro perfectas para la hora del aperitivo, o incluso más al sur, a la Escalinata de Antignano y los alrededores románticos conocidos sobre todo por los lugareños como el Scoglio della Ballerina, frecuentado por los trabajadores durante el descanso del almuerzo y los estudiantes que no renuncian a tomar sol aunque más no sea por un momento.

Si se encuentra en Livorno durante el verano, le sugiero que se dé un chapuzón regenerador en las calas rocosas de Romito. Perfectas en verano e impresionantes en invierno, en días de fuertes vientos del suroeste, cuando las olas parecen casi tragar los acantilados de Calafuria o de Castel Boccale.

6.

Una visita a Livorno no está completa sin probar el Ponce alla Livornese. ¿La receta? Café, azúcar, "ron fantasía" y ralladura de limón. Se trata de una bebida sencilla y muy caliente, servida en un vaso especial de doble fondo que se coge por la base para no quemarse los dedos. Pida un mazo de cartas, organice una partida y confúndase entre la multitud de generaciones frecuentan los bares locales: desde jóvenes hasta familias, desde grupos de amigos hasta los últimos piratas sobrevivientes.

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Duración: 
¡Todo lo que quiera!
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Una visita a Livorno no está completa sin probar el Ponce alla Livornese. ¿La receta? Café, azúcar, "ron fantasía" y ralladura de limón. Se trata de una bebida sencilla y muy caliente, servida en un vaso especial de doble fondo que se coge por la base para no quemarse los dedos. Pida un mazo de cartas, organice una partida y confúndase entre la multitud de generaciones frecuentan los bares locales: desde jóvenes hasta familias, desde grupos de amigos hasta los últimos piratas sobrevivientes.

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    Duración
    ¡Todo lo que quiera!
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