Lardo di Colonnata IGP
De un plato pobre a una exquisitez refinada
Características
Para la producción del lardo se utiliza la grasa de la espalda de cerdos seleccionados, salada y madurada en cubas especiales de mármol. El producto tiene forma rectangular, debido a la maduración en los cubas, y un espesor no inferior a 3 centímetros. El aspecto exterior se caracteriza por una parte inferior con la corteza y una parte superior cubierta por la sal sazonadora, oscurecida por las plantas aromáticas y las especias utilizadas en la elaboración.
A la vista es húmedo, de consistencia blanda y homogénea, pero puede tener una veta de magro en su interior.
Su color es blanco, ligeramente rosado o pulido.
Para la producción del lardo se utiliza la grasa de la espalda de cerdos seleccionados, salada y madurada en cubas especiales de mármol. El producto tiene forma rectangular, debido a la maduración en los cubas, y un espesor no inferior a 3 centímetros. El aspecto exterior se caracteriza por una parte inferior con la corteza y una parte superior cubierta por la sal sazonadora, oscurecida por las plantas aromáticas y las especias utilizadas en la elaboración.
A la vista es húmedo, de consistencia blanda y homogénea, pero puede tener una veta de magro en su interior.
Su color es blanco, ligeramente rosado o pulido.
Gastronomía
Es fragante y rico en aromas, el sabor es delicado y fresco, casi dulce. Lo ideal es comerlo al natural, cortado en finas rodajas en combinación con pan tostado. Excelente con vinos estructurados.
Consejos para una correcta conservación: después de cortarlo, es una buena costumbre doblar la parte sobrante de la piel sobre el cuerpo del lardo y envolverlo en un paño húmedo. Se aconseja guardarlo en una habitación fresca o en la parte inferior del frigorífico.
Es fragante y rico en aromas, el sabor es delicado y fresco, casi dulce. Lo ideal es comerlo al natural, cortado en finas rodajas en combinación con pan tostado. Excelente con vinos estructurados.
Consejos para una correcta conservación: después de cortarlo, es una buena costumbre doblar la parte sobrante de la piel sobre el cuerpo del lardo y envolverlo en un paño húmedo. Se aconseja guardarlo en una habitación fresca o en la parte inferior del frigorífico.