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Sabores

Zuccherini di Vernio

nutrition
Frutas, verduras y pasteles

Galletas secas con una historia muy antigua

 Los Zuccherini de Vernio son galletas dulces, secas, con forma de rosquilla y un fuerte sabor a anís.
Una vez horneados, se sumergen en azúcar derretido, lo que les confiere su típico color blanco.
Se producen durante todo el año en el pueblo de Vernio, pero también en todo el valle del Bisenzio, que incluye también los municipios de Vaiano y Cantagallo.
La tradicionalidad de los zuccherini se debe a la especial combinación de ingredientes y a su elaboración manual, que ha permanecido inalterada a lo largo del tiempo.
En el Valle del Bisenzio se preparaban con ocasión de los banquetes de boda: la forma de rosquilla recuerda a un anillo nupcial. 

Características

Los zuccherini artesanales son grandes y ligeros al mismo tiempo, lo que demuestra la excelente levadura.
Se preparan con anís, que les confiere su característico y aromático sabor, y luego se rebozan en azúcar glaseado.
Hoy en día, los zuccherini de Vernio se siguen elaborando siguiendo antiguas tradiciones, manteniendo su auténtico encanto y sabor. Se han convertido en una importante especialidad de la zona, atrayendo a visitantes y amantes de los pasteles de todas partes, deseosos de saborear un pedazo de la historia culinaria toscana.

Los zuccherini artesanales son grandes y ligeros al mismo tiempo, lo que demuestra la excelente levadura.
Se preparan con anís, que les confiere su característico y aromático sabor, y luego se rebozan en azúcar glaseado.
Hoy en día, los zuccherini de Vernio se siguen elaborando siguiendo antiguas tradiciones, manteniendo su auténtico encanto y sabor. Se han convertido en una importante especialidad de la zona, atrayendo a visitantes y amantes de los pasteles de todas partes, deseosos de saborear un pedazo de la historia culinaria toscana.

Gastronomía

Estas galletas se conservan mucho tiempo porque son muy secas. Por su consistencia, se comen empapadas en vin santo, leche, café e incluso vino.

Estas galletas se conservan mucho tiempo porque son muy secas. Por su consistencia, se comen empapadas en vin santo, leche, café e incluso vino.