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Vista panorámica de las colinas del Chianti, con hileras de viñedos que se extienden hacia el horizonte.

Chianti

Una tierra fascinante, con su importante cultura, naturaleza y productos típicos.

Las colinas de Chianti son una armoniosa cadena ondulante que se extiende entre las provincias de Florencia y Siena. Desde el punto de vista histórico, durante siglos, Chianti ha incluido la zona de los municipios de Gaiole, Radda y Castellina, parte de la antigua  Liga del Chianti, formada en el 1384 por la República de Florencia y que tenía como símbolo el aún famosísimo gallo negro. Cuando se constituyó la zona vitivinícola en el 1932, el territorio conocido como Chianti se amplió considerablemente.

Desde siempre, la historia de este territorio tuvo una unión muy estrecha con los vinos que se producen en estas zonas y no sólo. Por lo tanto, Chianti es la meta ideal para  viajar descubriendo la tradición gastronómica y vinícola en Toscana: los municipios de esta zona forman parte de la producción del vino tinto Chianti Classico DOCG, muy conocido en todo el mundo. Las viñas de Sangiovese, la base de este vino, se encuentran en las colinas de este territorio, dejando espacio a los pueblos y las aldeas encaramadas cuyas calles emanan los perfumes de las bodegas. Este vino se acompaña perfectamente con productos sabrosos como los embutidos -quizás de Cinta Senese - y con los platos del lugar que recuperan alimentos que tradicionalmente quitaban el hambre a los pobres. Estos ingredientes se han revalorizado hasta considerarlos actualmente los más refinados en las cocinas internacionales: es suficiente pensar a platos como la  ribollita, el pescuezo relleno, los hígados de pollo y las tripas.

Un modo perfecto para no perderse ninguna ocasión en esta zona, es atraversarla recorriendo Chiantigiana, la carretera que desde Florencia llega a Siena, preferida por los motociclistas. Es posible hacer una pausa en pueblos encantadores como Greve in Chianti, con su curiosa plaza triangular rodeada de arcadas, Castellina, con su fuerte, sede del museo arqueológico, y en los pueblos típicos como Montefioralle y Panzano

Las carreteras del Chianti también conducen hacia castillos como aquel de Volpaia, en el Municipio de Radda, un punto estratégico y teatro de las seculares batallas entre la república florentina y sienesa. En Castelnuovo Berardenga existe un lugar único en su género, el Museo del Paisaje, un espacio para reflexionar sobre la relación entre el hombre y el medio ambiente; mientras que a pocos minutos de San Casciano in Val di Pesa se alza la fascinante Bodega Antinori, una de las catedrales del vino más bellas de Toscana. 

Sin embrago, Chianti, no es solamente vino. Es una tierra que ha visto pasar antiguas poblaciones -como demuestran diversos restos etruscos-, ilustres artistas y arquitectos, y que hoy en día conserva numerosas colecciones de arte sacro y de obras importantes. Chianti Sculpture Park es espectacular y combina los estupendos paisajes de esta zona con laboratorios y muestras de artistas de todo el mundo.

Considerando que muchos escultores internacionales han llegado aquí con sus obras, hay que tener en cuenta que la misma cantidad de obras han viajado al extranjero mostrando las imágenes de estas campañas. Si estás acostumbrado a ver coches descapotables de color rojo vivo recorriendo las carreteras de esta zona, te sorprenderá ver una nube de bicicletas corriendo a toda velocidad participando en la Eroica, una carrera totalmente vintage que tiene como único (¡por así decirlo!) premio, el hecho de correr por los encantadores paisajes de Chianti.

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