La Costa Etrusca es una franja costera caracterizada por una naturaleza intensa y por la energía de sus colores, por sus hermosas y diferentes playas y la evocación de una historia milenaria. Este fue el territorio costero preferido por los Etruscos, que han dejado, en cada rincón, rastros de su permanencia que invitan a descubrir zonas fascinantes y misteriosas. A lo largo de esta costa edificaron Populonia, su única ciudad junto al mar, precisamente en el Golfo Baratti. La necrópolis nos permite imaginar cuáles fueron los deseos y secretos de este pueblo misterioso mostrándonos una grande cantidad de vestigios.
La Costa Etrusca es la meta ideal para quienes aman los deportes al aire libre, ofreciendo una amplia gama de oportunidades, gracias a los numerosos itinerarios para recorrer a pie, a caballo o en bicicleta de montaña, además de un mar cristalino cerca de un tupido pinar y del matorral mediterráneo.
Recorrer la carretera Aurelia es la mejor opción para descubrir la costa etrusca. Se puede partir desde Livorno, o proceder desde el sur, un poco como hicieron Vittorio Gassman y Jean-Louis Trintignant en la película Il Sorpasso, pero desde cualquier punto de partida que decidas, pasarás por acantilados y luego playas de arena, como en Castiglioncello. Aquí el verde de la costa encuentra gradualmente un exuberante pinar mientras, un poco más lejos del mar, llegarás a un impenetrable matorral de vegetación.
Recorriendo la costa podrás ver de todo: desde la arena oscura o aquella fina y clara, playas equipadas o espacios libres sin mucha gente. También puedes viajar a la sombra de los árboles, paseando a pie o a caballo, desde los pinares de Vada hasta Piombino, pasando por San Vincenzo o bien, al lado de los cipreses "altos y genuinos", los cuales agradaban mucho al poeta Giosuè Carducci. Si buscas relajarte, puedes elegir Venturina que, con sus balnearios termales, te regalará unas vacaciones regeneradoras,.o puedes escapar del estrés cotidiano en el centro budista en Pomaia. Tampoco faltan ideas para disfrutar en familia, como el parque arqueológico y minero San Silvestro: ¡suban al trencito que parte hacia las profundidades de las minas!
Explorando este lugar también quedarás encantado yendo tierra adentro: restos etruscos, tierras cultivadas, viñedos y colinas, un reino de tranquilidad donde es posible percibir la presencia del mar y de sus perfumes. En las colinas verás pueblos perfectamente conservados que siempre ofrecen vistas encantadoras y especialidades gastronómicas y vinícolas excepcionales. Es hermoso pasear por Suvereto, considerado uno de los pueblos más bellos de Italia; descubre la encaramada Sassetta o visita las estrechas calles de Montescudaio y Guardistallo.
Sólo falta hablar de la cocina que consta de platos de mariscos, como el cacciucco, o platos de tierra, como las sopas de verduras y luego el vino, que en estos lugares alcanza niveles excelentes, del Bolgheri al Sassicaia las marcas de este territorio saben inebriar con prestigio.