Florencia y el Área Florentina

Desde la antigüedad, la importancia del arte y la vitalidad de la cultura en Florencia presenta una energía tal que le ha permitido expandirse con ímpetu por toda Toscana. Una zona en particular muestra evidencias de esa próspera ciudad y hablamos de las afueras de Florencia. Un territorio muy amplio que conserva maravillosas villas de los Medici, declaradas patrimonio de la humanidad por UNESCO, castillos fascinantes, abadías, bosques encantados, colinas armoniosas y preciosos museos. No es por casualidad que el anillo del Renacimiento pase por estas tierras, es como un abrazo alrededor de Florencia que incluye diferentes lugares, un itinerario que se puede recorrer a pie o en bicicleta, pasando entre paisajes fabulosos.

La capital de provincia es claramente un baúl con tesoros inestimables, que no se limitan a las majestuosas obras del Renacimiento, sino que podemos hallar en museos, jardines, pequeñas plazas, muestras de arte contemporáneo e incluso en los numerosos festivales que animan la ciudad durante todo el año. Sumérgete en los Uffizi y en el Museo del Opera del Duomo, para disfrutar de una experiencia inolvidable, si te apasiona el arte o puedes pasear por el Jardín Boboli para descubrir fuentes, esculturas y calles arboladas.

Este recorrido circular sigue las huellas de los grandes legados del pasado e incluye Vaglia y su Parque de los Medici en Pratolino (uno de los más bonitos jardines ingleses en Toscana), como también Lastra a Signa, donde se distinguen la Villa Bellosguardo  y el museo dedicado a Enrico Caruso. También es interesante visitar Figline e Incisa para conocer una zona que ha fascinado los artistas y poetas y por último, no podemos olvidar Calenzano y Pontassieve.

Este territorio cuenta también con una naturaleza que sabe perfectamente convivir con las obras del hombre. La metas ideales para los amantes de la tranquilidad y el descanso son sin duda Vallombrosa y los bosques de Reggello, que es la meta de todos los Florentinos que desean refrescarse durante el verano. Después de un agradable paseo, es posible visitar la suntuosa y famosa Abadía, a la sombra de los árboles seculares del bosque. Es imposible olvidar los paisajes de las colinas de Rufina, tierra de viñedos, así como la de Fiesole que, justo encima de Florencia, conserva un magnífico teatro de la época romana, o Londa, con su lago inmerso en el verde.

Las hábiles manos de los artesanos regalan tesoros de terracota en Impruneta y entrelazan elegantes sombreros de paja en Signa. En general, todo el mundo conoce la artesanía de Florencia: la marroquinería, el oro y la madera se moldean con una perfección apasionante.