El característico pueblo de Castiglion Fibocchi está impregnado de su pasado y esto se evidencia en las fiestas. Una en particular, cada año, inunda las plazas y callejones de este pueblo de la provincia de Arezzo de un ambiente encantado: es el Carnaval de los Hijos de Bocco.
Los días alegres de este evento traen consigo una historia muy larga, que se puede conocer yéndonos atrás en el tiempo, a partir de este curioso nombre. ¿Quiénes eran los hijos de Bocco? Pero sobre todo, ¿quién era Bocco? Ottaviano Pazzi, llamado "Bocco" por su aspecto deformado, fue el antiguo regente de este castillo. Legó a sus hijos toda la gestión de la aldea, pero también la responsabilidad de nombrar estas celebraciones tradicionales. Es casi seguro que este evento ha pasado a través de los siglos: parece que, ya alrededor del año mil, por aquí nos divertíamos con días de carnaval muy especiales y reconocidos en todo el barrio.
Sin embargo, lo que no deja lugar a dudas es la belleza del evento, que aún hoy se celebra en el mes de febrero. Más de doscientas figuras desfilan con suntuosos trajes barrocos, con sus rostros ocultos por coloridas y elegantes máscaras que cuentan la historia de los distintos personajes. El lugar de honor lo ocupa el Rey Bacco, que domina indiscutiblemente y es el alma de la fiesta, pero le siguen reinas, princesas, hadas, magos y arlequines. Esta procesión, de sabor veneciano, está acompañada no sólo por la imaginación de los organizadores y el entusiasmo de los visitantes, sino también por muchas otras iniciativas que enriquecen el evento: en las calles de Castiglion Fibocchi se mueven los cuentahistorias, se animan los espectáculos de magia y los conciertos y, al final, llega el momento esperado que otorga el premio a la más bella máscara.