Pueblos encantadores, callejuelas empedradas, palacios nobiliarios, escudos medievales, talleres artesanales y pequeños restaurantes en las plazas.
Te encuentras en la auténtica Toscana, aquella de la hospitalidad genuina y simple, la de las recetas tan preciadas como los secretos de familia, todo ello en un paisaje rural preservado con respeto y con un patrimonio cultural que continúa siempre a brillar.
Concédete el placer de la tranquilidad, gratifica tus sentidos, regálate un momento de relax, una copa de buen vino, lejos del ruido y de la confusión de las ciudades más visitadas.